Demografía de Sevilla en el siglo XVI
No es fácil precisar con exactitud la población sevillana
del siglo XVI dada la carencia de estudios demográficos en
la época y la población flotante de Sevilla en este
siglo. Los datos se suelen extraer de censos fiscales, que sólo
recogían a los cabezas de familia y no de toda la población.
Se escapan las minorías étnicas, los habitantes de
los corrales de vecinos y otros colectivos como cárceles,
hospitales, los exentos de aparecer en ciertos censos y los arrabales,
como San Bernardo o Los Humeros. Además, los censos registraban
"familias" o "vecinos", no individuos. Por ello,
decía el cronista Morgado:
Comoquiera que los censos, además de excluir a muchos colectivos,
sólo computaban las familias, sólo podemos efectuar
cálculos aproximados de la población de Sevilla en
esta época. Aquí, cada historiador utiliza una coeficiente
multiplicador diferente: 4.5, 5 ó 6 para deducir el total
de habitantes.
Por otra parte, una valiosa fuente son los registros parroquiales,
los llamados libros sacramentales. El Concilio de Trento estableció
en 1563 que todos los párrocos llevasen unos libros donde
se registrasen los bautismos y matrimonios que se celebrasen:
Más tarde se incluyeron las defunciones (sacramento de la
extramaunción). No obstante, algunos de estos registros ya
se llevaban en Sevilla con anterioridad; por ejemplo, el de bautismos
de la iglesia de San Ildefonso data de 1429, aunque lo normal es
que estos libros se inicien la primera mitad del siglo XVI. En cuanto
a los padrones eclesiásticos, se le escapan colectivos como
los judeos-conversos o moriscos.
Así podemos ofrecer estos datos demográficos en que
existe más o menos consenso:
año |
habitantes |
|
1384 |
15.000 |
1500 |
60.000 |
1534 |
55.000 |
1565 |
109.000 |
1588 |
129.400 |
1591 |
115.800 |
1597 |
121.000 |
De estas cifras se desprende el enorme crecimiento de la ciudad
en este siglo XVI, que duplicó su población. Sevilla
llega a ser una de las ciudades más pobladas de Europa. No
obstante, se observa un descenso en el primer tercio del siglo,
provocado por las epidemias de peste y la emigración al Nuevo
Mundo. Hubo pestes en 1507 (en una sola semana murieron 1500 en
la parroquia de la Magdalena), en 1510, 1520, 1523, 1557, ... Epidemias,
guerras y emigración explican el comentario del embajador
veneciano Andrea Navajero, cuando acude a la boda del Emperador
Carlos V, de que Sevilla está "casi en poder de las
mujeres".
"... salen tantas personas para el Nuevo Mundo, que
la ciudad se halla poco poblada y casi en poder de las mujeres.
Todo el vino y el trigo que aquí se cría se
manda a las Indias, y también se envian jubones, camisas,
calzas y cosas semejantes que, hasta ahora no se hacen allá
y de que sacan grandes ganancias."
Andrea Navajero (1526) |
Ni la población ni el crecimiento fueron uniformes en la
ciudad. Las parroquias que acogen a un mayor número de vecinos
eran, por orden descendente, Santa María o Sagrario, por
estar en el centro religioso, político y económico;
El Salvador, Santa Ana (Triana: marineros, artesanos y hortelanos),
Omnium Sanctorum (artesanos), la Magdalena (mercaderes y marineros),
San Vicente (marineros, artesanos y nobles) y San Lorenzo. La parroquia
de San Vicente es la que experimenta a lo largo del siglo un mayor
crecimiento, quizás por su buena situación, a orillas
del río, no muy lejos del centro oficial de la ciudad y con
terrenos para levantar nuevas edificaciones; allí se concentra
buena parte de la nobleza sevillana. Otras parroquias registran,
por el contrario, un escaso número de vecinos, como las de
San Bernardo, San Roque, San Ildefonso o San Román. La mayor
parte de ellas estaban situadas en zonas más pobres y con
una elevada población flotante.
"... y dando la vuelta a la Iglesia Mayor está
el gran barrio de la calle Abades, aunque mejor se dirá
barrio de clérigos, los cuales por ser más cercanos
al santo sevillano templo o Iglesia Mayor, tomaron por calles
para sus viviendas a aquellas calles, a las cuales, todas
juntas, el barrio de calle Abades nombramos. Junto a este
barrio está el de Placentines, del nombre de los Plasencia
en España, porque naturales de estas dos ciudades poblaron
allí."
Luis de Peraza
(escribió hacia 1535 la primera Historia de Sevilla
conocida*) |
La explicación a este importante crecimiento demográfico
que experimenta la ciudad en el quinientos hay que buscarla en la
fuerte inmigración de españoles procedente del centro
y del norte del país, y de extranjeros que acudieron a Sevilla,
atraídos por la riqueza que suponía el Nuevo Mundo.
A ello debe unirse un crecimiento vegetativo importante (diferencia
entre el número de nacimientos y de defunciones).
Este crecimiento en la capital también se reflejó
en su provincia, que también experimenta un crecimiento sostenido
a lo largo de la centuria, en particular los pueblos más
cercanos, al convertirse la capital en "cabecera de Indias".
Algunos de los pueblos sevillanos alcanzan a fines del XVI una población
mayor que la de muchas ciudades castellanas. Carmona tenía
alrededor de 8.000, Marchena 7.000 y Ecija cerca de 20.000.
(*) "Historia de la ciudad de Sevilla", Luis
de Peraza. Colección Clásicos sevillanos. Ayuntamiento
Sevilla 1997
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