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Internacionales

Desesperados por agua y comida
* Miles de supervivientes en Indonesia se enfrentan a enfermedades como el dengue y la malaria
José Reinoso

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Miles de sobrevivientes del maremoto en Asia aguardan la llegada de víveres, agua y medicinas, en medio de los escombros. AFP/end

 
El País

Miles de supervivientes del maremoto que devastó las costas de la provincia de Aceh, en Indonesia, provocando más de 94,000 muertos, aguardan desesperados la llegada de agua y comida 10 días después de que se produjera la catástrofe.

La magnitud de los daños, la destrucción de las infraestructuras, la falta de helicópteros y el cuello de botella generado en los aeropuertos de distribución de ayuda han impedido a los equipos de salvamento alcanzar muchas zonas aisladas.

Tras haber sido acusado de reaccionar con lentitud, Estados Unidos ha desplegado una de las mayores operaciones de apoyo y rescate de la historia. Enfermedades como el dengue y la malaria han comenzado a aparecer entre la población.

Organizaciones humanitarias, representantes del Gobierno indonesio y militares estadounidenses coincidieron ayer en la prioridad para los miles de personas que lograron sobrevivir a las olas: agua y comida; pero sobre todo, agua. “Esto es lo primero, y, después, tratamiento para los heridos”, afirma Jacques Peres, cirujano de la organización francesa Ayuda Médica Internacional, en la base aérea militar de la ciudad de Medan.

Medan, a 14 horas por carretera de Banda Aceh (capital de Aceh), se ha convertido en el principal centro logístico de la gigantesca operación de ayuda humanitaria puesta en marcha en esta provincia del norte de la isla de Sumatra, en la que cientos de kilómetros de costa resultaron arrasados por las aguas. En el hangar de la base aérea, situada entre palmeras y bananeros, se apilan miles de cajas y fardos con ropa, vituallas, agua y medicinas, llegados de todo el mundo. Desde hace varios días son transportados a Banda Aceh, y de allí distribuidos a otras partes de la región. Cientos de soldados indonesios y de otros países, y miembros de organizaciones humanitarias trabajan en medio del continuo despegue de helicópteros.

Ayer, la única mercancía que pudo salir del centro de operaciones fue por este medio, ya que el aeropuerto de Banda Aceh estuvo cerrado todo el día, después de que un Boeing-737 de carga rompiera el tren de aterrizaje izquierdo y bloqueara la pista tras chocar con un grupo de búfalos al tomar tierra.

Dos tercios de los alrededor de 146,000 muertos provocados por el maremoto en un total de 11 países se han producido en Aceh. Representantes de Naciones Unidas aseguraron que el balance total subirá a medida que se acceda a zonas aisladas por la destrucción de las infraestructuras y los supervivientes se vean afectados por diferentes enfermedades.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que está aumentando el riesgo de que estallen brotes de cólera y otras afecciones entre los cinco millones de personas desplazadas por la tragedia en el conjunto de países. Según la OMS, se trata, ahora, de “una carrera contrarreloj”.

El organismo afirma que ya hay casos de neumonía, diarrea, malaria e infecciones en Aceh. Además, hay víctimas con gangrena, debido a que sus heridas no han sido cuidadas adecuadamente, después de haber estado expuestas a aguas contaminadas.

“Un grave problema es el cólera por las filtraciones de las aguas contaminadas por los cadáveres. Pero lo que más tememos es que se produzca una mezcla de gripe del pollo con SARS [neumonía atípica], lo que podría generar una epidemia catastrófica”, dice Peres, quien recomienda la distribución masiva de mascarillas. “Es poco probable, pero es un gran riesgo”. En la provincia de Aceh hay más de 400,000 refugiados que han escapado a esta devastación de proporciones incomprensibles.

Muchos heridos no están siendo tratados porque “el hospital de Banda Aceh está colapsado”, dice John Alexander, militar de la Embajada estadounidense en Indonesia. “Vamos a intentar traerlos a los hospitales de Menda. También nos enfrentamos al problema de que los aeropuertos son muy pequeños, y, además, no existe un mando central”, añade. Un avión Hércules que ayer debía aterrizar en una isla cercana a Banda Aceh para desde allí recoger a víctimas tuvo que volverse vacío debido al tiempo. A media tarde, se produjo en Menda una fuerte tormenta tropical.

Sin embargo, la máquina militar estadounidense se ha puesto en marcha. Han llegado nuevos navíos a las costas indonesias. Hay un grupo de cinco barcos dirigidos por el portaaviones Abraham Lincoln, y otro liderado por anfibios, que están distribuyendo ayuda y recuperando heridos. En conjunto, llevan un efectivo de 7,000 personas, entre ellas, marines, según el segundo comandante en jefe, Jake Elzey. También hay en la zona buques de India (uno de ellos, hospital), Singapur y una veintena de navíos de la Armada de Indonesia.

Un equipo de la Cruz Roja española se ha centrado en la localidad de Meulaboh, donde la destrucción ha sido terrible y decenas de miles de personas precisan asistencia. Meulaboh se encuentra en la costa oeste de la punta de Sumatra.

“Si logramos sacar a los heridos más graves de Banda Aceh, los helicópteros podrán recoger más heridos”, dice Elzey. Australia va a instalar en los próximos días un hospital en la ciudad.

Los helicópteros estadounidenses estaban transportando ayer material a sus barcos, que se van a desplazar a lo largo de la costa, lanzando a tierra helicópteros y vehículos anfibios. “Mi barco iba a Irak, y hemos dado la vuelta”, dice un marine.

Washington también ha decidido enviar al Mercy, un barco hospital de 1,000 camas con base en San Diego. En Banda Aceh hay soldados de Alemania, Australia, India, Malasia y Estados Unidos, entre otros.


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