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19 de diciembre de 2007 | Santiago 13°

Política

Belisario Velasco afirma que Bachelet también conoció informe del Metro que advertía colapso del Transantiago

Reiterando la postura de La Moneda, el ministro del Interior aseguró que el informe no era secreto.

La Tercera Online


30/07/2007 19:33

El gobierno reiteró hoy que el informe del Metro -por el cual en octubre pasado se advirtió a cuatro ministros del colapso que traería la puesta en marcha del Transantiago- no era secreto y que incluso estuvo en conocimiento de la propia Presidenta Michelle Bachelet.

Según explicó el ministro del Interior, Belisario Velasco, el documento que daba cuenta de la situación que enfrentaría el ferrocaril urbano una vez que se implementara el nuevo sistema de transportes, fue el primero que recibió "para analizar la situación del Metro".

"Todos los miembros del directorio de Metro conocieron este informe y en su minuto también la Presidenta", aseguró.

A su vez agregó que el contenido del estudio encargado por el renunciado presidente del Metro, Blas Tomic, a la consultora Fernández & De Cea, "se discutió en el comité político, se dio a conocer a diversos ministros en su oportunidad, se trató en amplios comités que se reunían en mi sala de consejo y que fueron filmadas por la prensa. No es un informe secreto, es un informe en el que se trabajó bastante tiempo y que la realidad lo superó en exceso".

Sin embargo, contradictoriamente agregó que es "un informe que se refería al Metro en función del Transantiago. Ninguna de las situaciones y peligros que se anunciaban ahí sucedieron porque tomamos las medidas para que no sucedieran".

Entre los problemas expuestos por el citado informe dado a conocer por El Mercurio se indica que el número de pasajeros del ferrocarril subiría en 250 por ciento (de 330 millones a 820 millones de pasajeros al año) lo que provocaría un colapso dado que la cantidad de trenes y coches con que el Metro contaría este año sería de apenas un 10% más.

Asimismo se indica que los usuarios podrían estar enfrentados en las horas peak a una espera de 5, 10 o más trenes para finalmente subirse  e incluso se pronosticaba que este tipo de situaciones podría llevar a duras expresiones de descontento como eventuales tomas de estaciones, bloqueo de trenes y desórdenes callejeros.

El documento fue conocido por los ministros de Hacienda, Andrés Velasco; de Obras Públicas, Eduardo Bitrán y de los entonces titulares de Transportes y Presidencia, Sergio Espejo, y Paulina Veloso, respectivamente. Luego el informe se derivó al ministro Belisario Velasco.

La decisión de un posible nuevo retraso en la puesta en marcha del plan se analizó en el comité político, en donde hubo discrepancia, sin embargo  la orden final para implementar el sistema la dio la Presidenta Bachelet.

LA INTUICION DE BACHELET
La Mandataria dijo el 11 de abril que fue mal informada y que por ello, pese a un pálpito interior que le decía en febrero que no estaba todo listo para partir con el Transantiago, igual se dio el vamos al sistema de transportes.

En esa oportunidad señaló que no tenía información sobre las dificultades en cuanto al soporte tecnológico y al cumplimiento de los contratos respecto a la cantidad de buses que tendría el plan en su comienzo. "Esa fue una información que yo no tuve a la mano a la hora de no llevar adelante ese instinto mío que me decía suspendamos que no está todo listo, por el contrario se nos aseguró de que todo iba a estar, que había uno que otro detallito que se iba a resolver rápidamente y que el problema principal iba a ser un problema cultural", dijo aquella vez detallando que los problemas estuvieron en el diseño del Transantiago, vale decir, bajo el gobierno de Ricardo Lagos.

INFORME SERA ANALIZADO EN REUNION CON OFICIALISMO
Si bien Belisario Velasco descartó apuntar a responsables en este caso del informe del Metro, el tema se analizará en el comité político de ministros en su habitual reunión almuerzo de los lunes con los timoneles de partidos oficialistas.

Consultado si a la luz de este informe -teniendo en cuenta que fue uno de los primeros en oponerse al inicio del plan de transporte- le faltó poder de convencimiento sobre los otros ministros reconoció que la posición que tuvo fue "que se retrasara" la puesta en marcha del sistema aunque no quiso ahondar en el tema.

Velasco se reunió el miércoles pasado por más de una hora con el diputado y presidente de la comisión investigadora del Transantiago, Patricio Hales, quien le solicitó el cuestionado informe además de "otros que yo tuviera y hacerlos entrega en el curso de esta semana".

Otros informes

De acuerdo a lo publicado por La Tercera, durante los casi dos meses que precedieron al inicio del plan estrella del gobierno de Ricardo Lagos y que ya había pasado a ser prioritario para la administración de Bachelet, los ministros del Interior, Belisario Velasco; Hacienda, Andrés Velasco, y el entonces titular de Transportes, Sergio Espejo, se reunieron periódicamente para ir evaluando los escenarios. Recibieron informes de las empresas operadoras involucradas y de diversas consultoras que advertían de atochamientos, de problemas de frecuencia y cantidad de buses -especialmente los que controlaba el empresario microbusero Manuel Navarrete- y se sabía que durante el período de prueba se detectó un porcentaje de fallas en los validadores excedía los límites previstos.

El viernes 9 de febrero, Espejo, Belisario y Andrés Velasco tuvieron la última reunión clave. Aunque por las advertencias sabían que habría grandes problemas para la puesta en marcha, el diagnóstico que enfrentaban era algo más complejo: a todos los defectos anunciados, se sumaba el que -según fuentes cercanas al Administrador Financiero del Transantiago (AFT)- un informe reservado de la consultora Aditiva consignaba un alto porcentaje de errores en el sistema de validación (cerca del 40%).

Había que decidir, primero, si se continuaba adelante con la puesta en marcha del día siguiente. Pero, como admiten diversas fuentes de gobierno, nunca estuvo entre las opciones la de suspenderla, como se hizo en mayo de 2006, cuando se cambió de octubre a febrero el inicio del Transantiago. Ahora no podían retrasarlo unas semanas, ya que cada día implicaba un costo económico adicional dado que se debía indemnizar a los privados y porque la amenaza de marzo haría los costos políticos más altos.

Menos, aseguran en Transporte, se podía aplazar de manera radical, porque "en tal caso habría que partir en febrero del 2008", año de las elecciones municipales. En el diseño de La Moneda, por tanto, no había otro camino: "Ahora o nunca", era la consigna.

EL DÍA