Cuadro de texto: Revista de Arquitectura e Ingeniería

 RNPS 2125  ISSN 1990-8830 

Sostenibilidad en la construcción. Calidad integral y rentabilidad en instalaciones hidro-sanitarias.

 

 

 

                    Ing. Sonia Bueno García

                                   Departamento de Exportación de la Fundición Düker

                             Consultora Técnica Pre y Postventa

                                            Sociedad de Ingeniería Hidráulica de la Unión Nacional de 

                                           Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC)

                        Telf.: 045/ 614142

                      Email: s.bueno@t-online.de

 

 

 

 

 

 

 

 

Recibido:  17-01-2009

Aceptado: 08-04-2009

 

 

 

RESUMEN :

Los tiempos de crisis siempre han servido para movilizar reservas anteriormente desaprovechadas, recapacitar los conceptos habituales y desarrollar estrategias progresivas.

Desde la década de los 60 del siglo XX, el sector de la construcción -motor tradicional de la economía- fue en busca de tecnologías cada vez más rápidas, ligeras, baratas y supuestamente eficientes. Sin embargo la actual situación en las obras se caracteriza a menudo por casi interminables retoques y reparaciones, desplazamientos de las fechas de entrega y costos excesivos. Una vez terminada la obra los gastos anuales por operación, reparación, sustitución e indisponibilidad superan los costos iniciales de construcción. Factum que constituye, ante la crisis económica y financiera, una carga insostenible para la economía nacional y obstaculiza las inversiones indispensables.

“Sostenibilidad en la construcción” es el nuevo lema bajo el cual se pretende reducir la vulnerabilidad económica del sector de la construcción y evitar los impactos negativos en el ámbito social. De acuerdo a esta estrategia, la inversión parte de un cálculo integral de la rentabilidad que comprende toda la vida útil de la edificación, su función y los costos operacionales relacionados. El objetivo está lejos de concentrarse en la entrega de la obra a un costo mínimo, sino en optimizar el resultado económico de la inversión. La obra debe alcanzar una calidad elevada y precisamente definida desde el principio del proyecto para obtener el beneficio previsto en la fase de explotación. Esta estrategia es un ¡NO! a las soluciones emergentes (la llamada “tropicalización”), al uso de materiales baratos y de calidad insuficiente, asimismo, a la segmentación de las responsabilidades.

Sorprendentemente la obra de “calidad integral” no suele producir costos iniciales superiores a los de la obra corriente, sencillamente que es mejor planificada, calculada, ejecutada y su disponibilidad es mayor como expone el ejemplo de las edificaciones seguras en el sector de la salud (Programa Hospital Seguro, Organización Panamericana de la Salud).

Tomando las instalaciones hidro-sanitarias como ejemplo, este trabajo tiene el propósito de:

· Mostrar el potencial que representa la sostenibilidad en la construcción para la economía nacional y la reducción de vulnerabilidad de este sector ante la crisis financiera mundial.

· Analizar las prácticas vigentes en las obras que se oponen a la sostenibilidad y calidad integral.

· Exponer las adaptaciones necesarias en el proceso inversionista para sentar la base de desarrollo sostenible del sector de la construcción.  

 

Palabras clave: Sostenibilidad, Industria de la construcción, Crisis económica-financiera, Proceso inversionista, Instalaciones hidro-sanitarias, Calidad integral, Gestión integral de proyectos, Vulnerabilidad, Seguridad de las edificaciones, Mantenimiento, Protección medioambiental y humana

 

ABSTRACT:

The times of crisis have always been good to mobilize previously wasted reservations, to reflect the habitual concepts and to develop progressive strategies.

From the decade of 60 in the XX century, the sector of the construction - traditional motor of the economy - it was in search of technologies every time but quick, slight, cheap and supposedly efficient. However the current situation in the works is often characterized by almost endless retouches and repairs, displacements of the delivery dates and excessive costs. Once finished the work the annual expenses for operation, repair, substitution and unavailability overcome the initial costs of construction. Factum that constitutes, before the economic and financial crisis, an untenable load for the national economy and it blocks the indispensable investments.

"Sostenibilidad in the construction" is the new low motto which seeks to decrease the economic vulnerability of the sector of the construction and to avoid the negative impacts in the social environment. According to this strategy, the investment leaves of an integral calculation of the profitability that he/she understands a lifetime useful of the construction, its function and the related operational costs. The objective is far from concentrating on the delivery from the work to a minimum cost, but in optimizing the economic result of the investment. The work should reach a high and precisely defined quality from the beginning of the project to obtain the benefit foreseen in the phase of exploitation. This strategy is NOT all to the emergent solutions (the call "tropicalización"), to the use of cheap materials and of insufficient quality, also, to the segmentation of the responsibilities.

Surprisingly the work of integral" "quality doesn't usually produce superior initial costs to those of the average work, simply that it is planned better, calculated, executed and its readiness is bigger as it exposes the example of the sure constructions in the sector of the health (it Programs Sure Hospital, Pan-American Organization of the Health).

Taking the hydro-sanitary facilities as example, this work has the purpose of: 

· To show the potential that represents the sostenibilidad in the construction for the national economy and the reduction of vulnerability of this sector before the world financial crisis.

· To analyze the effective practices in the works that oppose you to the sostenibilidad and integral quality.

· To expose the necessary adaptations in the process investor to sit down the base of sustainable development of the sector of the construction.

 

Key words: Sostenibilidad, Industry of the construction, Economic-financial crisis, Process investor, Hydro-sanitary facilities, Integral quality, Integral administration of projects, Vulnerability, Security of the constructions, Maintenance, Environmental and human protection.

 

 

 

Desarrollo:

 

1. La construcción, un sector vulnerable

 

El sector de la construcción se caracteriza por un alto volumen de inversión, el considerable gasto de recursos, la prolongada inmovilización de los fondos financieros y la estabilidad de valor como objetivo económico prioritario. La obra hidráulica y asimismo, los sistemas hidro-sanitarios dentro de la construcción civil e industrial no representan ninguna excepción de esta regla. Como consecuencia el sector de la construcción se muestra vulnerable ante cualquier escasez de los recursos financieros, materiales y humanos, que resultan en la tardía o limitada realización del beneficio [Lütke Daldrup 2008]. En vez de representar el “motor de la economía” se convierte en un freno para el desarrollo económico aumentando el nivel de vulnerabilidad de otros sectores de la economía nacional.

Complementario a esa vulnerabilidad inmanente se ha podido observar una tendencia desde la década de los 60 del siglo XX que hoy en día constituye una vulnerabilidad crítica adicional. En los últimos 50 años el sector fue en busca continua de tecnologías cada vez mas rápidas, ligeras, baratas y supuestamente eficientes. Sin embargo la actual situación en las obras se caracteriza a menudo por casi interminables retoques y reparaciones, desplazamientos de las fechas de entrega y costos excesivos. Una vez terminada la obra los gastos anuales por reparación, sustitución e indisponibilidad superan los costos iniciales de construcción [BUENO 2006]. Factum que constituye, ante la crisis económica y financiera, una carga insostenible para la economía nacional y obstaculiza las inversiones indispensables.

 

2. Sostenibilidad en la construcción. Calidad integral y rentabilidad garantizada

 

“Sostenibilidad en la construcción” es el nuevo lema bajo el cual se pretende reducir la vulnerabilidad económica del sector de la construcción y evitar los impactos negativos en el ámbito social. De acuerdo a esta estrategia, la inversión parte de un cálculo integral de la rentabilidad que comprende toda la vida útil de la edificación, su función y los costos operacionales relacionados [Lütke Daldrup 2008].

El objetivo está lejos de concentrarse en la entrega de la obra a un costo mínimo, sino en optimizar el resultado económico de la inversión. La obra debe alcanzar una calidad elevada y precisamente definida desde el principio del proyecto para obtener el beneficio previsto en la fase de explotación [BUENO 2006]. Esta estrategia es un ¡NO! a las soluciones emergentes (la llamada “tropicalización”), al uso de materiales baratos y de calidad insuficiente, asimismo, a la segmentación de las responsabilidades.

La sostenibilidad en la construcción parte de la redefinición de conceptos tales como beneficio, calidad y rentabilidad.

Ante el actual nivel de formalización legal y administrativa del proceso inversionista, es necesario recordar que la única razón de emprender una obra es la obtención de un beneficio, un beneficio que debe ser cuantificado o mejor dicho expresado en valores monetarios. Este beneficio cuantitativo bajo ningún concepto puede ser sustituido por objetivos suaves como por ejemplo; la mejoría de indicadores virtuales (calidad de vida, cobertura de abasto o servicios). Los recursos que lleva una obra son completamente cuantificables y producen costos reales (materiales, energía, fuerza de trabajo, etc.); entonces como el beneficio obtenido puede ser expresado de una forma no comparable.

En la obra común el término calidad se menciona exclusivamente como calidad de la ejecución, quiere decir, se mide el cumplimento de las normas de instalación por parte de los constructores. El concepto de calidad integral por otro lado se refiere a la función de la obra posterior a su terminación. La durabilidad y disponibilidad del edificio y sus componentes, los ciclos de mantenimiento, el balance energético, higiénico y medio ambiental se definen dentro del estudio de factibilidad y forman parte de las expectativas de beneficio [SOTELO 2007].

El concepto de rentabilidad tiene poco que ver con la reducción de los costos de construcción. Una obra o un proyecto es rentable si promueve un beneficio, el cual puede ser expresado en términos cuantitativos [GOLDRATT 2003]. Por lo tanto el análisis de rentabilidad no es una operación posterior a la ejecución de la obra, pero parte del estudio de factibilidad y la verdadera razón para la realización de la obra. Un proyecto no rentable no se debe ejecutar. El análisis de rentabilidad incluye la comparación de variantes de las cuales una debe ser la variante cero, quiere decir: no  ejecutar el proyecto y conservar el estado actual.

Únicamente si el beneficio, la calidad y la rentabilidad anteriormente definidos no se alteran, la reducción de costos y optimización de los recursos empleados durante el proyecto pueden ser provechosas. De la otra manera se cuestionará la justificación económica del proyecto.

 

3. Vida útil, beneficios y costos. Los principios económicos en la construcción

Un error común en los proyectos consiste en no reconocer las leyes económicas básicas. La optimización en la economía es siempre unidimensional. Se puede optimizar el beneficio aplicando una cantidad determinada de recursos o se puede buscar el gasto óptimo de recursos para alcanzar un beneficio determinado. Optimizar en ambas dimensiones a la vez no es posible. Por lo tanto "mejor calidad al menor precio en el menor tiempo" [CMIC 2007] no funciona. Si se quiere controlar un proyecto a través de los costos, la calidad, la rentabilidad, el beneficio y la fecha de entrega deben ser una función constante [Lütke Daldrup 2008].

Acordamos que la obtención de un beneficio es la verdadera razón de una obra, un beneficio que lógicamente se realizará posteriormente a la terminación, quiere decir durante la fase de explotación. Por lo tanto cualquier cálculo de beneficio, rentabilidad y costos debe incluir la vida útil completa de la obra, las operaciones de derribo de la edificación, reciclaje y reutilización de los materiales.

El cálculo de los costos y beneficios debe incluir todos los efectos directos e indirectos de la ejecución y explotación de la obra. y sobre todo tiene que ser real y evitar errores sistemáticos. Esto es un principio necesario de la sostenibilidad. [Lütke Daldrup 2008]

 

4. Rentabilidad y calidad en el proceso inversionista

 

Muchos autores y profesionales pretenden que la complejidad de las obras y del proceso inversionista ha ido aumentando sobremanera durante las últimas dos décadas [BOHEMIA 2007] [Sánchez Machado 2003] [Tápanes Robau 2001]. Palpablemente se pueden registrar dos experiencias correspondientes en las obras:

· La creciente segmentación de las responsabilidades en el proceso inversionista.

· El aumento de la discrepancia entre las exigencias formales y las prácticas a pie de obra.

Ambas observaciones parecen ser relacionadas a la manera en la cual se ha desarrollado la formalización administrativa del proceso inversionista. Los pasos formales y administrativos a cumplir han ido aumentando en cuanto al número y a la complejidad con el objetivo de mejorar la calidad y el control de los procesos. Indudablemente la formalización es un requisito indispensable dentro del sistema de calidad. Sin embargo, analizando los pasos formales de una inversión, como fueron definidos en las resoluciones 157-98 y 91-2006 del Ministerio de Economía y Planificación [MEP 157-98, 91-2006] encontramos algunos indicios que nos ayudarán a explicar la proveniencia del aumento de complejidad, el cual pretenden los profesionales.

1. El proceso formal de inversión concluye con la entrega de la obra (Desactivación de la inversión). Solamente está prevista una corta fase de asimilación, no obligatoria, que recomienda la comparación de indicadores previamente definidos con el rendimiento real. La función de esa fase se limita de facto a ganar experiencias para obras futuras y no tiene influencia sobre la obra concluida.

2. El término rentabilidad se emplea exclusivamente como sinónimo de eficiencia en la ejecución. La rentabilidad de la inversión en la fase de explotación no se considera.

3. No se exige la cuantificación del beneficio de la inversión para facilitar un análisis costo-beneficio.

4. El término calidad se entiende exclusivamente como calidad en los trabajos constructivos, quiere decir cumplimiento de las normas de instalación por parte de los constructores.

5. En conclusión de los puntos anteriores (1-4) se puede constar, que las resoluciones vigentes no consideran algún mecanismo formal para introducir el concepto de sostenibilidad en las relaciones contractuales de las entidades que participan en el proceso inversionista. Calidad integral, función de la inversión, rentabilidad durante la fase de explotación y relación costo-beneficio no pueden ser medidos o reclamados.

Ergo: no se exige la sostenibilidad como meta común entre inversionista, contratista, constructora, importadora y fabricante. Cada entidad puede perseguir objetivos económicos individuales que conducen hacia la observada segmentación de las responsabilidades y la deficiente coincidencia entre las exigencias formales y prácticas-constructivas. Como resultado la complejidad del proceso inversionista crece de manera desproporcional [JR 2008].

En los siguientes párrafos analizaremos algunos ejemplos tomados de obras recientes y relacionados a las instalaciones hidro-sanitarias para ilustrar los conceptos anteriormente expuestos.

 

5. El proyecto. Experiencia vs. calidad integral

 

En la actualidad prevalece el objetivo de reducir los costos de los proyectos para elevar la rentabilidad de las obras. Como consecuencia un ingeniero hidráulico tiene un promedio de 4 horas disponible para elaborar un proyecto hidro-sanitario. Obviamente es poco tiempo para cumplir con las exigencias de la sostenibilidad, quiere decir:

· Comprender detalladamente la función del sistema dentro de la obra y las relaciones que guarda con los restantes componentes constructivos.

· Seleccionar los materiales y sistemas adecuados según las características del medio a transportar y del lugar de instalación

· Emprender los cálculos costo-beneficio entre las variantes factibles considerando la fase de explotación completa.

· Elaborar el diseño óptimo para las variantes de mayor rentabilidad.

Desde su punto de vista individual le resultará más factible elaborar el proyecto según sus experiencias previas, es decir: proyectar como se ha hecho otras veces para no perder tiempo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Revista de Arquitectura e Ingeniería

2009, vol. 3  no.2.