La saga del negro : presencia africana en Colombia
La saga del negro : presencia africana en Colombia

Descripción:

Los capítulos de este libro empezaron a escribirse en 1991 cuando las deliberaciones de la Asamblea Constituyente que le habían con cedido espacio jurídico a las etnias indias, apenas habían considerado la posibilidad de examinar la situación de tierras y de asentamiento de las comunidades negras en el litoral Pacífico, mediante el artículo 55 transitorio. Este artículo permitiría en los 2 años siguientes a la aprobación de la Constitución de 1991, preparar una ley que reconociera a las comunidades negras las tierras donde habían estado asentadas y formular mecanismos para la protección cultural y los derechos para el fomento de su desarrollo económico y social.
Dos años transcurrieron hasta el 18 de junio de 1993, cuando después de una ardua lucha de las comunidades negras y de sus representantes, el Congreso de la República aprobó la ley que reconoce la existencia étnica de los negros en Colombia. Y en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, ahora elevado a departamento, una etnia raizal negra (Arocha 1992, Friedemann 1993, Gallardo Archbold 1993).

Esta publicación tiene por objeto celebrar la ley 70 de 1993, sancionada por el Presidente de la República en Quibdó el 27 de agosto de 1993. La ley legitima la identidad histórica y socioétnica de los descendientes de los africanos llegados a Colombia, desde hace 500 años. El hecho jurídico, tan importante como lo fuera la abolición de la esclavitud en 1851 visibiliza a las comunidades negras frente a ellas mismas y de cara a la nación. Y por ende reconoce en la formación de la nación colombiana la contribución de una tercera raíz étnica, procedente de África. El paso dado por el Congreso de la República modifica así, los fundamentos de una ideología que, desde finales del siglo pasado y hasta ahora, concebía a nuestro país como una democracia, enmarcada en un americanismo donde indios y blancos se consideraban pilares, con exclusión de los negros. A estos, a duras penas se les confundía entre los mestizos, negándoles su especificidad socioétnica, histórica y cultural. La ley que hace honor a la declaración de Colombia como un país multicultural y pluriétnico, inaugura nuevas perspectivas sociales y culturales sin discriminaciones étnicas formales.

 

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