Academia.eduAcademia.edu
Arqueología Ceuta huellas del cristianismo FERNANDO VILLADA ARQUEÓLOGO MUNICIPAL DE CEUTA en el continente africano FOTOGRAFÍAS QUIQUE LARA E n Ceuta existe, desde el si‐ glo IV d.n.e., una comu‐ nidad cristiana flore‐ ciente. Lo atestigua el descubrimiento de una importante Basíli‐ ca, posteriormente uti‐ lizada como necrópo‐ lis, que es el edificio de culto cristiano más importante descu‐ bierto hasta el mo‐ mento presente en toda la Mauretania Tingitana, provincia romana en la que queda encuadrado el asentamiento ceutí durante el reinado del emperador Claudio. El descubrimiento de la Basílica se enmarca en el contexto de las investiga‐ ciones arqueológicas reali‐ zadas en el istmo de Ceuta como consecuencia de distintos proyec‐ tos de ordenación ur‐ banística que modifi‐ caron profundamente el centro urbano. A tra‐ vés de diversas excava‐ ciones se documentaron los restos de un complejo romano destinado al aprovechamiento de los copiosos recursos mari‐ nos de las aguas del Estre‐ cho de Gibraltar que, transformados en salsas y salazones, fueron exporta‐ dos al resto del Imperio. En 1987, y durante el transcurso de una de esas in‐ tervenciones arqueológicas di‐ rigida por el Dr. Fernández Sote‐ lo se descubren, en las inmedia‐ ciones de esta factoría de salazo‐ nes, los vestigios de una construc‐ MEMORIA · número 14 · Enero de 2009 55 ción de cierta entidad. Tras varios años de investigación se exhuma un edificio de planta basilical y una ne‐ crópolis cuyo interés, como testimo‐ nio del primitivo cristianismo en el extremo occidental norteafricano, capta la atención de los principales investigadores. Efectivamente, se trata de uno de los escasos testimo‐ nios conservados de las comunida‐ des cristianas en la provincia de Tin‐ gitana y su declaración como Bien de Interés Cultural, en 1991, viene a certificar su importancia y el com‐ promiso de las Administraciones Públicas en su conservación. Los restos arquitectónicos que perduran de este edificio responden al modelo de las basílicas norteafri‐ canas de planta rectangular con tres naves. Fernández Sotelo ha señalado dos fases en su construcción: En la primera se levanta un recinto rectan‐ gular de 18,40 m. por 11,5 m. y cuan‐ do la cimentación está dispuesta para recibir el alzado de los muros se amplia el edificio por el Este y el Norte, añadiendo un ábside, en este EL CRISTIANISMO EN SEPTEM O CIUDAD DE LAS SIETE COLINAS Como en tantas otras materias, los testimonios sobre la presencia cristiana en la ciudad del Estrecho eran muy escasos. El historiador bizantino Procopio recoge que Justiniano ordenó levantar una iglesia dedicada a la Madre de Dios. Ya en época medieval, Al-Bakri señala que la Mezquita Mayor de Ceuta se alzaba sobre los restos de una antigua iglesia. Por último, cabe señalar también que habían sido recuperadas algunas cerámicas (lámparas) decoradas con motivos cristianos. En este contexto, el hallazgo de la Basílica supuso un gran salto cualitativo en el conocimiento de la comunidad cristiana de Septem Fratres y de Tingitana en general segundo momento. La construcción está orientada hacia el Sur, lo que la sitúa fuera de la tipología simbólica de la orienta‐ ción de los templos del momento, con el ábside hacia Jerusalén, aun‐ que no es ésta la única excepción a la norma que se conoce en el norte de África. La interpretación del monumen‐ to es compleja. La ausencia de pavi‐ mentos, de enlucidos en los muros y de algunos elementos esenciales para el culto, el hecho de que los mu‐ ros que cierran el recinto al Norte no parecen haber sido terminados, uni‐ do a la proliferación de tumbas a dis‐ tintas alturas, ha llevado a Fernán‐ dez Sotelo a pensar que los restos conservados pertenecen a un monu‐ mento inacabado que habría sido usado, exclusivamente, como necró‐ polis. Así, se ha sugerido la hipótesis de la presencia de una mártir que es‐ taría sepultada en la zona del ábside, hecho que habría motivado el deseo de la comunidad cristiana de Ceuta de hacerse enterrar cerca de ella (se‐ ENTRE EL MITO Y LA REALIDAD ‘En una vertiente de los Pilares de Heracles, a la derecha del Estrecho, existía en tiempos una fortaleza sobre la costa llamada Septum, la cual fue edificada por los romanos en los primeros tiempos, pero siendo dañada por los vándalos permanecía postrada desde hacía algún tiempo. Nuestro emperador Justiniano la fortificó por medio de un muro y la puso en seguridad por medio de una guarnición. Pronto consagró a la Madre de Dios una muy notable iglesia, dedicando a ella el umbral de entrada al Imperio, y convirtiendo ésta fortaleza en inexpugnable para todas las razas del género humano’ Procopio de Cesarea, De Aedificiis, VI. VII, 16, Pág. 393. Trad. Dewing MEMORIA · número 14 · Enero de 2009 57 Basílica paleocristiana de Ceuta pulturas ad sanctos). Otros investigado‐ res, sin embargo, han propuesto su identificación con la iglesia dedicada a la Madre de Dios por Justiniano en el siglo VI, lo cual implicaría su uso como templo e, incluso, se ha señalado que nos encontramos, simplemente, ante una necrópolis de planta basilical concebida como tal desde el primer momento. Los datos cronológicos apuntan a finales del siglo IV o principios del siglo V como el momento en el que este espacio habría comenzado a usarse como necrópolis por lo que la construcción del recinto de planta basilical debió de ser anterior, lo que viene a coincidir con el gran período de construcción de las basílicas nor‐ teafricanas, entre la promulgación del Edicto de Milán, en 313, y la lle‐ gada de los vándalos. 58 MEMORIA · número 14 · Enero de 2009 Interrumpida, según Fernández Sotelo, la construcción de la Basílica, comenzó la práctica de inhumar en su interior, convirtiéndose en recinto cementerial. Al exterior aparecen alineadas, junto a los muros longitu‐ dinales, una serie de tumbas que pa‐ recen señalar que el espacio disponi‐ ble en el interior acabó siendo insufi‐ ciente. En su interior destaca, efecti‐ vamente, la acumulación y superpo‐ sición de sepulturas. Se distinguen dos niveles de tumbas que reflejan momentos cronológicos distintos. El inferior, más antiguo, está formado por sepulturas en ánforas con cu‐ biertas de tégula a doble vertiente o en fosas abiertas directamente en la roca. En el superior aparecen cons‐ trucciones en superficie (mensae). La cámara sepulcral se cerraba con tégulas o lajas de piedra que eran cu‐ biertas, a su vez, con guijarros y pie‐ dras unidas con un mortero de cal y arena revestido, finalmente, con una capa de opus signinum. Arqueología Los individuos sepultados sue‐ len estar situados en decúbito supi‐ no, con la cabeza hacia occidente y los pies hacia oriente. Las sepulturas, de gran pobreza, como manifiesta el reaprovecha‐ miento de materiales y la casi total ausencia de ajuares, son anónimas. No se han recuperado inscripciones, excepción hecha de algunos frag‐ mentos de lápidas mortuorias paga‐ nas, reutilizadas en la construcción de sus muros. Además, la aparición de un sarcófago romano de la época de Galieno, bellamente tallado y único en la provincia tingitana, ava‐ la la hipótesis de la existencia de una necrópolis alto‐imperial en las cerca‐ nías. Los estudios antropológicos han permitido constatar la fuerte inci‐ dencia de la mortalidad infantil, mientras que sólo el 2% de los indi‐ viduos supera los cincuenta años. La esperanza de vida se ha estimado, aproximadamente, en cuarenta años. La talla promedio para los individuos adultos varones es de 166 cm. y en las mujeres al‐ canza los 152 cm. De vuelta de nuevo al momento presente, resulta asimismo interesante desta‐ car la reciente construcción del que ya se conoce como Museo de la Basílica, concebi‐ do como un enorme pabellón del tiempo en el que queda ex‐ puesto el yacimiento arqueoló‐ gico del templo ceutí. Integrado en el Servicio de Museos de la Ciudad Autónoma de Ceuta, este espacio fue inaugurado en no‐ viembre de 2006. El núcleo central de la exposición es la presentación de los vestigios de la Basílica tardo‐ rromana, cuya volumetría es sugeri‐ da por el diseño arquitectónico del Museo. Esta edificación queda con‐ textualizada a través de un recorrido cronológico en el que se muestran los principales hitos de la historia MEMORIA · número 14 · Enero de 2009 59 Basílica paleocristiana de Ceuta Arriba, pie de foto. Izquierda, pie de foto. Sobre estas líneas, pie de foto del lugar hasta la conquista portu‐ guesa. Se abordan así, los primeros momentos de la presencia humana en Ceuta (prehistoria), la instalación de un poblado en el siglo VII a.d.n., íntimamente ligado al mundo feni‐ cio occidental (protohistoria), la construcción de un importante com‐ plejo destinado a la producción de las afamadas salsas de pescado en época romana (Edad Antigua), así como su transformación en plaza fuerte bizantina y, más tarde, en me‐ dina islámica (Edad Media). 60 MEMORIA · número 14 · Enero de 2009 El uso de diferentes dispositi‐ vos, paneles informativos, puntos de información, audiovisuales, ma‐ quetas, etc., y la exposición de las piezas más relevantes recuperadas, conforman un atractivo recorrido que ofrece al visitante una comple‐ ta visión del devenir histórico de Ceuta hasta 1415. Talleres didácti‐ cos, exposiciones temáticas, visitas guiadas y otras actividades com‐ pletan la oferta cultural del Museo.