elmundo.es
Logo de elmundo.es Internacional
URGENTE

EDUARDO MONTEALEGRE (ALIANZA LIBERAL NICARAGÜENSE - PARTIDO CONSERVADOR)

Un joven liberal, rico y con padrino

Eduardo Montealegre (foto: Reuters)

Eduardo Montealegre (foto: Reuters)

Actualizado martes 31/10/2006 12:55 (CET)
ImprimirEnviar noticiaDisminuye letraAumenta letra
Mª JESÚS HERNÁNDEZ

MADRID.- Conocido como el Napoleón del sector privado, Eduardo Montealegre no sólo es el candidato más joven y rico de estos comicios —a sus 51 años, tiene un patrimonio de más de cinco millones de euros—, sino que también goza del beneplácito de EEUU. No obstante, su juventud, dinero y amistades pueden resultar un arma de doble filo para el banquero.

Licenciado en economía y con un máster en Finanzas y Planificación estratégica, el 'delfín liberal' comenzó su carrera profesional en el sector privado, más concretamente en el mundo bancario —el Banco Central de Nicaragua y el grupo BANIC fueron su cuna—. Con el triunfo de la revolución sandinista en 1979, se trasladó a Nueva York, donde la firma Shearson Lehman Hutton reclamó sus servicios. A raíz del gran éxito cosechado en EEUU, decidió independizarse y establecer su propia compañía financiera en Miami y posteriormente en Nicaragua.

En 1991, regresó a su país para "contribuir a la reactivación de la economía nacional desde la empresa privada". Cinco años más tarde, abandonó el mundo empresarial y abrió una nueva etapa en su vida, ingresando en el Partido Liberal Constitucional(PLC).

Su enfrentamiento con el canciller Arnoldo Alemán —actual líder del PLC condenado a 20 años de prisión por delitos de corrupción— le llevó a dejar el colectivo y a fundar el movimiento 'Vamos con Eduardo', integrado por Alianza Liberal Nicaragüense y el Partido conservador. Esta coalición ha dado lugar a un hito en la historia de Nicaragua: por primera vez dos partidos de derechas concurren en unos comicios.

Aunque son muchas las voces que tachan su experiencia en la arena política de «muy verde y corta», estuvo al mando de los ministerios de Presidencia y Exteriores durante el Gobierno liberal de Arnoldo Alemán; e incluso fue postulado como pre-candidato del PLC con vistas a los comicios de 2002. Finalmente, la votación interna del partido dio como vencedor a Enrique Bolaños quien, tras ganar las elecciones, le ofreció el Ministerio de Hacienda y Crédito Público.

La campaña electoral

Aún así, las dudas sobre su futura gestión no han hecho más que aumentar a lo largo de toda la campaña. El descubrimiento de varios infiltrados del frente sandinista en sus listas —entre los que se encuentra Salvador Talavera, tercer candidato a diputado nacional por ALN— y los pagos a una empresa de Costa Rica encargada de realizar las encuestas —confirmados por el portavoz del partido—, han hecho mella en su imagen.

Sin embargo, éste no es su talón de Aquiles. Como a la gran mayoría de los políticos latinoamericanos, le persigue la sombra de la corrupción. Su presunta participación en la emisión de Bonos del Tesoro (CENIs), que provocó una deuda de más de 400 millones de euros a Nicaragua, y un paralelo enriquecimiento personal durante su etapa como ministro de Hacienda, ponen en duda la honestidad que profesa y una de sus prioridades políticas: acabar con la corrupción.

Casado y con cuatro hijos, Eduardo Montealegre se define como una persona "suave de forma y firme de fondo". A lo largo de su carrera ha patrocinado a boxeadores y jugadores de baloncesto y béisbol —su afición por este deporte yanki le ha llevado a ser presidente honorario de la liga nicaragüense—. Es consciente de que la juventud representa el 60% del electorado y por ello, apuesta fuerte por la cultura, la educación y el arte.

A pesar del apoyo de Washington, del Consejo Superior de la Empresa Privada(Cosep) y del Gobierno de Enrique Bolaños, el joven liberal ve cómo se complica la recta final hacia el sillón presidencial. Aún así, las encuestas lo sitúan en segundo lugar y apuntan a la necesidad de una segunda vuelta.

elmundo.es

© Mundinteractivos, S.A. / Aviso legal / Política de privacidad

Dirección original de este artículo:

https://www.elmundo.es/elmundo/2006/10/27/internacional/1161953537.html