Para encontrar al último lanzador de 20 victorias en el beisbol nacional, hay que retroceder 24 años. Fue en 1995 cuando el derecho de León, Daniel Miranda, aterrizó en esa privilegiada pista. Lo hizo con 20-8 y 2.82, tras laborar 207 entradas. Desde entonces, nadie más lo ha conseguido.
Miranda, quien no era propiamente un lanzallamas, pero manejaba hábilmente la zona de strikes, edificó una gran campaña. Hizo 28 aperturas para lograr 20 triunfos y en los 207 innings, propinó 114 ponches con 39 boletos, menos de dos bases (1.69) por cada nueve entradas de labor.
Una dificultad que enfrentan los abridores hoy día, es que no disponen de tantas aperturas y como hay regla de picheo, no pueden relevar sin el descanso establecido. Sergio Lacayo, quien ganó 22 juegos con los Tiburones en 1977, hizo 26 inicios, pero relevó en 17 veces y lanzó 244.2 innings.
Claro, eso fue una exageración, pero también ha habido ocasiones en las que hay eficiencia en el uso de las oportunidades. Julio Moya tuvo 21-3 en 24 aperturas en 1983 con León. En cambio, Epifanio Pérez ganó 23 (23-4) en 1990 en 23 aperturas, pero hizo siete relevos. Moya solo relevó una vez.
Róger Marín, del Bóer, es uno de los lanzadores más ganadores cada año y se impuso la meta de llegar a 20 éxitos en esta campaña, pero difícilmente tendrá los chances necesarios. Tiene 9-1 y 3.33 en 12 inicios. La etapa regular es de 51 juegos y ya van 36, es decir, le quedan a lo sumo cinco aperturas.
Luego viene la segunda vuelta de 18 juegos. Ahí puede contar con seis inicios más, lo que indica que Róger podría tener 11 aperturas en total para ganar 11 juegos y llegar a 20, pero eso no es sencillo. Tendría que estar perfecto. Lo interesante es que él ha asumido el reto y confía en que puede lograrlo.
No obstante, los antecedentes indican que el reto es muy grande. Martín hizo 28 aperturas para ganar 17 juegos en 2016; 22 inicios para ganar 14 en el 2017 y lanzó 16 partidos para ganar ocho el año pasado. Así que esperar que gane 11 de 11 parece imposible, pero él lo cree y eso es lo que importa.
Siempre me he preguntado cuántos partidos ganarían lanzadores como Lacayo, Moya, Epifanio, Porfirio Altamirano o Barney Baltodano en esta época de más equipos y talento diversificado. Nunca lo sabremos, pero seguro tendrían la oportunidad de establecer registros fuertes para la posteridad.
Eso mismo trata de hacer Marín ahora con los Indios, aunque parece que el tiempo se le ha venido encima. Sin embargo, cuando hay confianza en las habilidades, grandes hazañas se pueden construir y eso es lo que trata de hacer el diestro de la tribu en la actual temporada de beisbol.
Detrás de Martín (9-1) vienen lanzadores como Roberto Martínez, un relevista de Carazo que presenta 8-3 y 1.77, Jesús Garrido, abridor de los Naranjeros, con 8-3, lo mismo que el sorprendente Irving Obando de Boaco (7-0), Ernesto Glasgow de la Costa (7-2) y Joaquín Acuña de los Leones (7-1).
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