Un cuerpo en aparente estado de descomposición alarmó a los habitantes del residencial Altamira, quienes informaron a las autoridades policiales del hallazgo. La Policía inició las investigaciones para determinar en qué circunstancias se produjo la muerte de un lisiado de guerra.
El hallazgo se registró en horas de la mañana de este lunes, de la rotonda Lozelsa, una cuadra al norte, una cuadra al oeste, cuando una inquilina del mismo lugar donde habitaba Ronald López Herrera, de 62 años, sintió un hedor, por lo que avisó a la Policía.
Una vecina que pidió anonimato aseguró que desde el jueves no veía a López Herrera, quien en la guerra había perdido un ojo y un brazo, pero que el vigilante del sector le comentó que el viernes lo vio y que llevaba varias bebidas alcohólicas.
“Ese señor salía por las mañanas y regresaba por las tardes. Él vivía solo y a nadie le decía adónde iba, pero yo desde el jueves no lo veo. Ahora nos levantamos con la noticia que estaba muerto en el dormitorio donde vivía”, dijo la informante.
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Agregó que su familia es de Estelí y que el hermano venía a guardar un vehículo al garaje porque se iba a trabajar por más de 20 días. “Como puede ver ahí está el vehículo, seguro su hermano no sabe de su muerte”, añadió la vecina.
Recaban evidencias
El equipo de investigación de la Policía se presentó al lugar, cercó el sitio con cintas amarillas para iniciar a recabar evidencias que ayuden a esclarecer las circunstancias en que se produjo esta muerte.
Asimismo coordinaron con un forense del Instituto de Medicina Legal (IML), quien se presentó al lugar para realizar una valoración preliminar. La víctima aparentemente tenía más de 48 horas de fallecido.
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El cuerpo fue trasladado a IML para la realización de la autopsia y determinar la causa de muerte, además de esperar que algún familiar lo reclame.