Erasmo Ramírez se cansó de recibir cachetadas de sus oponentes. Se había hundido, pero ha salido del fondo del mar para recobrar la confianza como un relevista sólido. Sumó su cuarta salida consecutiva sin permitir carreras y lo mejor de todo es que consiguió su primera victoria en Grandes Ligas tras tres años de dura sequía. La última vez que el muchacho rivense se había proclamado con un triunfo fue el 3 de septiembre de 2018 cuando jugaba con Seattle en un encuentro ante los Orioles, el mismo equipo al que derrotó este domingo.
El derecho nicaragüense fue llamado al montículo en el quinto episodio con el partido 3-2 a favor de los Tigres de Detroit. Esa fue una pauta positiva para Ramírez, el mánager volvía a contar con él en partidos cerrados para sostener ventajas. El abridor Tyler Alexander había permitido dos carreras en cuatro innings. El rivense eliminó a Austin Hays en elevado a la inicial, luego Trey Mancini ligó una línea peligrosa al jardín central, pero Akil Baddo se lanzó por ella y la atrapó, inspirando a Ramírez para dominar en roletazo al campo corto a Ryan Mountcastle. En el séptimo episodio siguió hermético en la colina. Anthony Santander fue out en elevado al jardín izquierdo, desfiló Maikel Franco en roletazo y cerró su actuación ponchando a Ryan McKenna.
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Ramírez estuvo fino. Hizo 20 lanzamientos y 14 en la zona de strikes. También hizo gala de solo dos picheos: sinker y el cutter. En total lanzó dos episodios, sin hit ni carrera y mejoró su efectividad a 4.32 y sobre todo ganó su primer juego en tres años ante una misma víctima. Aunque Ramírez haya entrado con el partido arriba, el abridor Alexander no podía aspirar al triunfo porque solo lanzó cuatro entradas y el anotador se encarga de designar a quién darle el triunfo, el cual finalmente fue 6-2.